En el siglo XX se creía que la sexualidad femenina era como la de los hombres pero «descafeinada», es decir, básicamente igual a la de ellos… pero no tan buena.
En el siglo XX se creía que la sexualidad femenina era como la de los hombres pero «descafeinada», es decir, básicamente igual a la de ellos… pero no tan buena.