Monarquía, narco, poder, vasallos, alfombra roja, fastos, fiestas, dinero, crímenes, muertes, pobreza, pueblo... entre esas palabras que fecunda la memoria, historia, medios y placeres, yace Mónaco.
Mónaco es una lectura ilícita, un auto de fe que hace de ustedes, lectores proscritos, condenados a vagar por los suburbios de la cultura. Su lectura se hace escondida de las miradas sospechozas, fuera de vista de esos asesinos morales que hacen de las librerías manjares escasos.
Monarquía, narco, poder, vasallos, alfombra roja, fastos, fiestas, dinero, crímenes, muertes, pobreza, pueblo... entre esas palabras que fecunda la memoria, historia, medios y placeres, yace Mónaco.
Mónaco es una lectura ilícita, un auto de fe que hace de ustedes, lectores proscritos, condenados a vagar por los suburbios de la cultura. Su lectura se hace escondida de las miradas sospechozas, fuera de vista de esos asesinos morales que hacen de las librerías manjares escasos.