Es imposible contar la historia de Colombia sin el oro y la coca. Desde las
épocas precolombinas hasta nuestros días, estos dos elementos han
trazado de manera profunda – y casi siempre dolorosa- la memoria de
nuestro territorio. Simón Posada Tamayo, periodista curtido y de muchos
quilates, se obsesionó con la historia del Poporo Quimbaya -hoy guardado
en una urna en el Museo del Oro-, y a partir de este elemento, nos entrega
un texto periodístico para explicarnos cómo la obsesión por el oro, por la
coca, por el poder, por el dinero, por descubrir tesoros, y hasta por
encontrar guacas en recónditas montañas de nuestra nación se han
convertido en nuestra maldición.
Este maravilloso texto, armado a partir de una profunda investigación
histórica y periodística, responde preguntas cómo: ¿quién fue la primera
persona que encontró el Poporo Quimbaya y cuál ha sido su caminar
durante los últimos siglos?, ¿por qué somos una tierra de tesoros tristes,
donde el poder y el dinero que entregan momentáneamente el oro y la
coca se desvanecen como agua por los dedos, y casi siempre termina en
historias oscuras y trágicas
Es imposible contar la historia de Colombia sin el oro y la coca. Desde las
épocas precolombinas hasta nuestros días, estos dos elementos han
trazado de manera profunda – y casi siempre dolorosa- la memoria de
nuestro territorio. Simón Posada Tamayo, periodista curtido y de muchos
quilates, se obsesionó con la historia del Poporo Quimbaya -hoy guardado
en una urna en el Museo del Oro-, y a partir de este elemento, nos entrega
un texto periodístico para explicarnos cómo la obsesión por el oro, por la
coca, por el poder, por el dinero, por descubrir tesoros, y hasta por
encontrar guacas en recónditas montañas de nuestra nación se han
convertido en nuestra maldición.
Este maravilloso texto, armado a partir de una profunda investigación
histórica y periodística, responde preguntas cómo: ¿quién fue la primera
persona que encontró el Poporo Quimbaya y cuál ha sido su caminar
durante los últimos siglos?, ¿por qué somos una tierra de tesoros tristes,
donde el poder y el dinero que entregan momentáneamente el oro y la
coca se desvanecen como agua por los dedos, y casi siempre termina en
historias oscuras y trágicas