«No creas que al principio fuimos felices. Tampoco se te ocurra que al final lo seremos.» Baltasar Bustos, un estudiante de derecho y empleado de la Audiencia de Buenos Aires, se introduce en la recámara del presidente de esa Audiencia y reemplaza a su hijo recién nacido por un niño negro, hijo de una prostituta enferma y azotada públicamente. Horas más tarde, el edificio se incendia y deja irreconocible el cadáver del niño negro. El hijo legítimo es entregado a esclavas. Es la época en la que una juventud ilustrada por las lecturas de Voltaire, Rousseau y Diderot, e impulsada por el espíritu irrefrenable del romanticismo, se lanza a la lucha por la independencia. Tres amigos, que se alternan la narración, describen los preparativos de esa lucha y de sus batallas, las ideas que las alimentan y los tropiezos que sufren para lograr sus conquistas (sociales, sexuales, políticas).
«No creas que al principio fuimos felices. Tampoco se te ocurra que al final lo seremos.» Baltasar Bustos, un estudiante de derecho y empleado de la Audiencia de Buenos Aires, se introduce en la recámara del presidente de esa Audiencia y reemplaza a su hijo recién nacido por un niño negro, hijo de una prostituta enferma y azotada públicamente. Horas más tarde, el edificio se incendia y deja irreconocible el cadáver del niño negro. El hijo legítimo es entregado a esclavas. Es la época en la que una juventud ilustrada por las lecturas de Voltaire, Rousseau y Diderot, e impulsada por el espíritu irrefrenable del romanticismo, se lanza a la lucha por la independencia. Tres amigos, que se alternan la narración, describen los preparativos de esa lucha y de sus batallas, las ideas que las alimentan y los tropiezos que sufren para lograr sus conquistas (sociales, sexuales, políticas).